Ayer me acerqué "valientemente" :P a la academia de baile y pregunté con una amiga sobre los cursos. La verdad es que estaba un pelín cortá y se reflejaba en la risa floja que tenía. Me dio los horarios y los precios como si todos los días tuviera que atender a gente que se apuntara a ballet, tan tranquila. Incluso me enseñó unas puntas... como si yo no las hubiera visto nunca... XD Aunque en realidad mejor decir "como si yo no supiera lo que son" (sí, más correcto). Y ahí estaba la pregunta del millón que llevaba tiempo queriendo decir: "¿Y cuándo empezaría con puntas? En un año o más" - "Pues depende de la persona y la fuerza en los tobillos. Hay niñas de tu edad que aún no se las ponen porque no tienen suficiente fuerza." Ains, ¡qué ganitas tengo de subirme en unas! Sé que el camino de las puntas no es de color de rosa, es más bien de color rojo, ya que según he leído se sufren de ampollas, te sangran algunas heridas... Bueno, tampoco me pongo melodramática, sólo digo lo que leí. No tienen que ser cómodas y según una de mi clase: "duelen, duelen mucho y las protecciones como si no sirvieran para nada". ¡Pero de todas formas estaba tan contenta con el hecho de que al fin me fuera a apuntar a las clases tras 2 añossssss! ¡Ya os contaré qué tal evolucionan las cosas! ^^
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