viernes, 3 de agosto de 2007

El recuerdo de...

Hoy, echando un vistazo por mi cuenta de Youtube, recordé que entre mis favs tengo videos de Semana Santa. Aunque parezca mentira, ya han pasado casi 5 meses dese entonces. Como ya expuse en otra entrada, el día en que mi hermandad tenía que salir, el Martes Santo, no pudimos... por la lluvia. Este iba a ser mi primer año como nazarena, aunque aún no soy oficialmente hermana, ya que al apuntarme un mesecito escaso antes de la salida, los de la hermandad no tienen tiempo ni para hacer una jura de hermanos y, además, hay que asistir a un cursillo... el caso es que este año (que espero que salga) ya saldré como hermana (totalmente oficial :P) y espero poder elegir sitio si voy tempranito. Este año me esperaba ir en la cruz de guía, pero al final iba en la 3ª fila de Virgen. A ver si este año puedo elegir estar con el Cristo de la Sangre (el cristo crucificado, el otro va en misterio). Y recuerdo todas las emociones que sentí, cuando me hicieron por fin el traje (ya llevaba unso 3 años queriendo ser hermana, pero me daba algo de cosa...), cuando me di cuenta de que se me había olvidado la medalla de la hermandad (casi me da algo por los nervios), y cuando escuché al hermano mayor diciendo que finalmente no saldríamos (mirábamos al cielo y veíamos como estaba de vez en cuando nublado, otro poco despejado... aunque sobre las 9 llovió un montón). Fuimos en fila a rezar a los titulares de la parroquia y ahí fue cuando me puse a llorar... Recuerdo que uno de los del consejo, supongo (sé que era importante en la hermandad, pero no estoy segura de su cargo), me consoló y me abrazó hasta que me calmé un poquito. Y encima las cámaras de televisión no ayudaban nada... supongo que salí en la tv llorando (aunque de refilón), pero no la vi, así que no me importó mucho. Luego salí y me di un paseo con mis padres y mi amiga hasta que me calmé del todo, le di un montonazo de caramelos a los niños que me iba encontrando por la calle, que iban súper bien vestiditos seguramente para ver salir la hermandad y volví. Mi madre finalmente guardó los caramelos súper-mega bien jeje ya que me sobraron casi todos; en los bolsillos no me cabían muchos, así que mi hermano iba estar en un punto estratégico para darme un sandwich, una botellita de agua y más caramelos. Se me olvidó también comprar estampitas, pero le pedí a otra nazarena si me podía dar una (y se me quedó mirando con una cara... no me extraña :P), pero finalmente me la dio, y ahí sigue, colgada en el panel de mi cuarto junto con mi medalla, esperando que por fin salgamos el año que viene a acompañar a la hermandad en su penitencia por las calles de Sevilla.

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